Casas inteligentes.
Silicon Valley es el origen de las casas inteligentes donde paredes y muebles se desplazan vertical u horizontalmente. Con un simple toque de un botón o una orden a un altavoz inteligente los muebles cambian de lugar, se pliegan o bajan del techo. Las viviendas cada vez son más pequeñas, especialmente en el centro de las ciudades; y aprovechar los escasos metros se ha convertido en el objetivo número uno de sus habitantes. Las casas inteligentes se unen a la corriente del ‘internet de las cosas’ (IoT), ‘un concepto que nació en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), se trata de una revolución en las relaciones entre los objetos y las personas, que se conectan entre ellos y con la red’, se trata de la digitalización del mundo físico.
Actualmente, existen tres asistentes que permiten monitorizar las casas inteligentes: Google Home, Alexa de Amazon, y Apple Home Pod; a estos asistentes se han unido empresas como Bumblebee Spaces u Ori que crean muebles móviles, paredes que cambian de lugar, armarios que informan del número de prendas, camas que bajan del techo cuando se necesitan, etc etc
La tecnología busca crear una vivienda más cómoda, más eficiente, en la que las tareas diarias se vean simplificadas; la nevera nos indica los alimentos que tenemos en el interior o si algún producto del congelador puede caducar, podemos saber dónde tenemos cada prenda de ropa y de esta forma no se pierde el tiempo buscando una determinada prenda… o las llaves de casa.
En definitiva, los asistentes nos ayudan a organizar mejor nuestras viviendas, y por otro lado nos permiten disponer de más metros cuadrados de los que figuran en la escritura de nuestra vivienda. Por supuesto existe un lado negativo como es el ‘posible’ control de nuestras rutinas diarias por parte de las empresas que gestionan los altavoces inteligentes… ¡pero esto es otro debate! Vía Yorokobu.